El mismo amor, la misma lluvia (1999)

Comentario:

Quien acuda al cine con el buen recuerdo que le dejara en su dia El hijo de la novia, seguro que no va a quedar defraudado de resultado de la nueva colaboración que se establece entre parte del equipo de aquella cinta.

Si El hijo de la novia fue una de las revelaciones del cine argentino en el año 2001, respaldada internacionalmente por su candidatura al Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa, en esta ocasión, Juan Jose Campanella nuevamente desarrolla una historia de sentimientos y relaciones humanas influenciadas por los vaivenes políticos de la Argentina en los ultimos veinte años, y para ello recurre nuevamente a una pieza clave como es el actor Ricardo Darín, que encarna a Jorge, que se define con sus propias palabras de presentación frente a una máquina de escribir: despues de ganar el premio de revelación de las letras de 1976, se gasta el dinero en 1977 en un viaje a Europa, y 1980 le encuentra escribiendo cuentos en una revista

Como su país, tiene juventud y potencialidad y esperanza,y como él, la va perdiendo. Entonces conoce a Laura, que hace un pequeño papel en un corto que destroza un cuento suyo y comienzan una convivencia de año y medio. Al cabo de ese tiempo, la sinceridad de ella, que le hace ver que no da todo lo que puede, que esta perdiendo su talento, le hacen buscar “aire fresco” y eso no le trae mas que la ruptura y el principio de una serie de relaciones sin sentido

Se reencuentra con ella años mas tarde, cuando ella va a contraer matrimonio con el novio que tenía en el momento de conocer a Jorge, y pese a su encuentro amoroso, ella continua con su idea de boda, porque ha descubierto que el fuego solo son llamas, no amor, y que es mejor la confianza, el cariño

El tercer encuentro es mortal para Jorge, porque es ella la que le da en propia mano, con su bebé delante los quinientos dolares que le pagan por escribir una buena critica. Ahora ya no escribe cuentos, es crítico y  se ha vendido

Despues de fracasar en su intento de suicidio se reencuentra con Laura, que se ha separado, y el fin deja abierta todas las puertas a recomenzar la relacion

En medio de la peripecia sentimental de la pareja, con unos esplendidos Ricardo Darín y Soledad Villamil, el país pasa por la dictadura, la guerra de las Malvinas, para olvidar los problemas internos, la llegada de la democracia, y en esta, frágil y jóven, Alfonsín pasa el mando a Menem. Tras la dictadura se organiza en la revista un homenaje a un compañero, que despues de exiliarse tras el golpe de estado, vuelve y pide ayuda a sus compañeros, que no mueven un dedo, si bien cuando la democracia se pone de moda le dan un homenaje a su viuda y su hijo, que ha crecido pensando que todos apoyaron a su padre, y al que el descubrimiento de la verdad deja ver que en malas epocas cada uno se ocupa de su piel

  Pero pese a esa demostración mas esplícita, son muchos los guiños a la situación nacional argentina que se esconden en la cinta. El mas plástico, la imagen de las manos unidas de Jorge y Soledad, de una a otra celda, la noche de su primera cita cuando terminan en Comisaría, y Jorge se queda tan tranquilo porque a ambos les han tomado las huellas: no van a ser de los “desaparecidos”, todo ello dirigido a un público que tiene que entender que ocurrió en el país durante los ochenta para comprender muchas de las imágenes, las miradas

  En ese contexto, Campanella no presenta a sus personajes amargados, en el fondo siempre les queda la esperanza, incluso al viejo redactor, que tras ser padre cuando ya casi es un anciano, ayudan con una parte de su sueldo los compañeros tras su despido hasta que encuentre trabajo: el caso del antiguo amigo al que no se ayudó, no ha caido en el olvido

Jorge es un hombre real, al que uno puede reconocer en cualquier persona corriente: es inseguro, tiene miedo a comprometerse, es un insatisfecho ¿cómo no sentirse retratado?, y Ricardo Darín le presta una espléndida piel,  dejando traslucir en sus gestos y sus miradas los miedos, las esperanzas de un personaje indeciso, y, por eso, acomodaticio

Laura es mas valiente, mas realista, quizá, avanzando por la vida con su divisa “yo, cuando me propongo algo......”, y si bien eso no la libra de los errores, por lo menos la ayuda a tratar de enderezar el camino

Junto a ellos un coro de personajes, fundamentalmente los compañeros de la revistas, componen un fresco de los caracteres que se pueden encontrar con facilidad en cualquier ambiente de trabajo, e influyendo mas que los demas en la vida de los dos protagonistas, otra vez, como en el proyecto anterior, Eduardo Blanco, un buen amigo, ese amigo que siempre está ahí, aunque a veces sea para estorbar

El enfoque circular, con la misma escena abriendo y cerrando la cinta deja ver bien claro las vueltas que todos damos buscando lo que, posiblemente, esté al alcance de la mano desde siempre, pero, o da  miedo, o no sabemos verlo